“No hay médicos para tratarle”: La realidad del colapso sanitario
29 de diciembre de 2025. En la sala de urgencias del Hospital Universitario S de Seúl, un cartel reza: “Suspensión de tratamiento de urgencias cardíacas y cerebrales por falta de personal”. Las ambulancias que llegan con pacientes críticos son rechazadas una tras otra. Este escenario distópico se ha convertido en la norma en los “Big 5” hospitales de Corea.
El conflicto que comenzó a principios de 2024 con la oposición al aumento de 2,000 plazas en las facultades de medicina no se ha resuelto, sino que ha explotado. Lo que empezó como una renuncia de los médicos residentes (internos y residentes) se ha extendido ahora a los especialistas y profesores, llevando al sistema sanitario nacional al borde del precipicio.
Cronología de la crisis: De la protesta al abandono
- Fase 1 (2024): El gobierno anuncia el aumento de plazas. Los residentes renuncian en masa. El gobierno responde con órdenes de retorno al trabajo y suspensión de licencias.
- Fase 2 (Principios de 2025): Fracaso de los residentes en volver. Los hospitales operan con déficit masivo. Los ‘Fellows’ (médicos en formación especializada) y profesores comienzan a agotarse por la sobrecarga.
- Fase 3 (Finales de 2025 - Actualidad): Los profesores de medicina, que sostenían el sistema, presentan renuncias en cadena. La Asociación Médica Coreana (KMA) declara una huelga general indefinida.
El gobierno se mantiene firme en su postura de “reforma médica inquebrantable”, mientras que los médicos argumentan que “el aumento populista de cuotas destruirá la educación médica y la seguridad social”. No hay diálogo, solo un juego de la gallina donde los pacientes son los rehenes.
El infierno de las salas de urgencias (ER)
La situación en las salas de urgencias es descriptiva de un campo de batalla. La tasa de ocupación de camas en urgencias ha caído por debajo del 40%, no porque no haya pacientes, sino porque no hay médicos para atenderlos.
”El peregrinaje de la ambulancia”
El término “ER Rerun” (peregrinaje de urgencias) ha dejado de ser noticia para ser rutina. Pacientes con infartos o hemorragias cerebrales mueren en las ambulancias mientras buscan un hospital que los acepte.
“Mi padre tuvo un paro cardíaco. Llamamos a 15 hospitales, pero todos dijeron que no tenían especialistas. Murió en el camino al hospital número 16, a una hora de distancia.” - Testimonio de un familiar en duelo (Diciembre 2025)
Los bomberos y paramédicos están al límite. “Nuestro trabajo ya no es salvar vidas, sino rogar a los hospitales por teléfono”, confiesa un paramédico de Gyeonggi-do.
Colapso de la pediatría y obstetricia Las áreas de medicina esencial, ya vulnerables, han sido aniquiladas. Encontrar una sala de partos de emergencia por la noche en zonas rurales es casi imposible. Los padres con niños enfermos deben esperar 6-7 horas en las pocas clínicas abiertas (“Open Run” pediátrico) solo para una consulta básica.
¿Por qué no se resuelve? El abismo de desconfianza
¿Por qué se ha llegado a este extremo? La raíz del problema es una profunda desconfianza mutua que va más allá de la simple cuestión numérica de las plazas universitarias.
Gobierno: “Reforma necesaria vs. Egoísmo colectivo”
El gobierno sostiene que el aumento de médicos es indispensable para prepararse para la sociedad superenvejecida y revitalizar la medicina regional. Califica la huelga médica como un “egoísmo colectivo” (Cartel médico) que toma la vida de los ciudadanos como rehén para proteger sus ingresos y privilegios. Han amenazado con procesar judicialmente a los líderes de la huelga y permitir la telemedicina y la práctica de enfermeros PA (Physician Assistant) de forma permanente.
Médicos: “Política populista vs. Destrucción del sistema”
La comunidad médica contraataca diciendo que el gobierno está engañando al público. Argumentan que:
- Efecto 낙수 (Goteo) es una ilusión: Aumentar médicos no garantiza que vayan a especialidades esenciales (cirugía, pediatría) o zonas rurales; solo aumentará la competencia en dermatología y cirugía plástica en Seúl.
- Colapso del seguro médico: Más médicos inducirán más demanda médica innecesaria, lo que quebrará las finanzas del Seguro Nacional de Salud.
- Falta de infraestructura educativa: Las facultades no tienen capacidad para enseñar a 2,000 estudiantes más de golpe, lo que degradará la calidad de la educación.
Sienten que el gobierno los ha demonizado y ha ignorado sus propuestas de mejorar primero la compensación por la medicina esencial y el sistema de responsabilidad legal por negligencia médica.
Impacto social y económico
La crisis médica está sacudiendo los cimientos de la sociedad coreana.
- Desigualdad en la salud: Los ricos pueden acceder a tratamientos en el extranjero o pagar servicios VIP, mientras que la clase trabajadora sufre las consecuencias del colapso del sistema público.
- Pérdida de confianza: La veneración tradicional hacia los médicos (“Sensei”) se ha convertido en odio y resentimiento. La fractura social es profunda.
- Industria bio-sanitaria: Los ensayos clínicos y la investigación médica en los grandes hospitales se han detenido, golpeando la competitividad de la industria bio-farmacéutica de Corea.
El auge de la medicina privada y no cubierta Irónicamente, mientras los hospitales universitarios se vacían, las clínicas privadas de estética y tratamientos del dolor están en auge. Los residentes que renunciaron han encontrado trabajo en el sector privado, exacerbando la fuga de cerebros de la medicina vital.
Conclusión: ¿Hay salida?
A finales de 2025, no se ve luz al final del túnel. El gobierno apuesta por resistir hasta que se formen los nuevos médicos (lo que tardará 10 años), y los médicos apuestan a que el sistema colapse antes para forzar una rendición del gobierno.
La sociedad civil exige un “Comité de Emergencia Nacional” con participación de gobierno, médicos, pacientes y partidos políticos para buscar una solución de compromiso. Las propuestas incluyen:
- Ajuste gradual del aumento de plazas (no 2,000 de golpe).
- Legislación inmediata para la protección legal de la medicina esencial.
- Inversión masiva en la sanidad pública regional.
Sin embargo, la confianza rota es difícil de reparar. La crisis médica de 2025 quedará grabada como una tragedia donde la política y la obstinación profesional chocaron, dejando a los ciudadanos como víctimas colaterales en una sala de espera vacía.
