“Ni EE. UU. ni Corea”… La huida de los proveedores coreanos a un ‘tercer país’
“Impondremos un arancel del 25%”. Con una sola frase del presidente Trump, los complejos industriales de Ulsan y Changwon se detuvieron. Sin embargo, no son Hyundai o Kia quienes hacen las maletas, sino sus proveedores de segundo y tercer nivel. Su destino no es Estados Unidos, sino Vietnam. ¿Por qué eligen el sudeste asiático para escapar de la vigilancia de Trump?
El secreto de la etiqueta ‘Vietnam’ como ruta de evasión
La administración Trump 2.0 ha anunciado aranceles del 25% incluso para las autopartes coreanas. Para las pequeñas y medianas empresas (PYMES), cuyos márgenes de beneficio rondan el 5%, esto equivale a una sentencia de muerte. Vietnam, en cambio, sigue esforzándose por mantener relaciones comerciales amistosas con EE. UU., con barreras arancelarias relativamente bajas y margen de negociación. Los fabricantes coreanos están enviando productos semielaborados a Vietnam para su ensamblaje final, intentando una estrategia de evasión conocida como ‘lavado de origen’, exportando a EE. UU. bajo la etiqueta ‘Made in Vietnam’.
No se trata solo de los aranceles. Los altos costes laborales en Corea y la rígida jornada laboral de 52 horas han asfixiado a las PYMES. El coste laboral en el complejo industrial de Haiphong en Vietnam es una quinta parte del de Corea. El director de un proveedor comentó: “Incluso sin aranceles, ya estábamos en números rojos en Corea. Trump solo nos ha dado el empujón final”. Ir a Vietnam no es una elección, sino el último refugio para la supervivencia.
La estrategia de ‘des-coreanización’ de Hyundai y el efecto cascada Hyundai y Kia también están expandiendo sus bases de producción en la ASEAN, incluyendo Indonesia y Vietnam. Cuando los fabricantes de automóviles aumentan la producción local, los proveedores no tienen más remedio que seguirlos. Mientras las fábricas de Ulsan se vacían, los complejos de componentes coreanos en Vietnam operan las 24 horas. Esto marca la aceleración del vaciamiento (hollowing out) de la manufactura nacional.
Incentivos agresivos del gobierno vietnamita El gobierno de Vietnam ofrece beneficios excepcionales, como exenciones del impuesto de sociedades y alquiler de tierras gratuito, para atraer a las empresas coreanas. Buscando aprovechar el conflicto entre EE. UU. y China, Vietnam aspira a consolidarse no solo como el ‘Post-China’, sino como una ‘base de producción global’. Para los proveedores coreanos, Vietnam parece una tierra de oportunidades. Al menos, por ahora.
Sin embargo, el simple ensamblaje final en Vietnam no garantiza el reconocimiento del origen. Se deben cumplir los criterios de Valor Añadido, pero es poco probable que las fábricas trasladadas apresuradamente los cumplan rigurosamente. De hecho, abundan los informes sobre transbordos ilegales que son, en la práctica, un mero ‘cambio de etiqueta’.
El radar de la ‘Super Sección 301’ de EE. UU. se activa
El problema es que Estados Unidos no es ingenuo. El Departamento de Comercio y la Oficina del Representante Comercial (USTR) ya han calificado las exportaciones indirectas a través de Vietnam y México como ‘transbordo’ y han advertido de sanciones precisas.
La advertencia de Trump: “Aranceles también para las exportaciones indirectas”
El presidente Trump advirtió recientemente a través de X (antes Twitter): “Sabemos todo sobre las piezas coreanas y chinas que entran a través de Vietnam. Les impondremos un arancel del 100%”. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EE. UU. ha reforzado drásticamente la verificación de origen para las cargas procedentes de Vietnam.
Los proveedores coreanos de neumáticos y baterías que ya están en Vietnam han entrado en pánico, ya que el Departamento de Comercio de EE. UU. ha iniciado investigaciones antidumping contra las entidades vietnamitas de propiedad coreana. El miedo a que “ni siquiera las fábricas en Vietnam sean un refugio seguro” se está extendiendo.
Envío de equipos de investigación in situ Estados Unidos está enviando equipos de investigación a Vietnam para cotejar la capacidad de producción real de las fábricas con sus volúmenes de exportación. Si el volumen de exportación es desproporcionadamente alto en comparación con el tamaño de la fábrica, se considera prueba de que simplemente se ha reempaquetado productos traídos de Corea. Si son descubiertos, enfrentarán no solo bombas arancelarias, sino también la penalización fatal de una expulsión permanente del mercado estadounidense.
El gobierno coreano se encuentra en un dilema. Frenar las exportaciones indirectas de las empresas desplomaría las cifras de exportación, pero ignorarlas conlleva el riesgo de represalias comerciales de EE. UU. El Ministerio de Comercio, Industria y Energía se limita a repetir su postura de principios: “Guiaremos a las empresas para que cumplan con las normas de origen”.
El gobierno vietnamita también ha comenzado a sentir la presión de Estados Unidos. Debido al aumento del superávit comercial con EE. UU., Vietnam se ha convertido en un objetivo para ser designado como manipulador de divisas. No se puede descartar la posibilidad de que Vietnam, por su propio interés nacional, comience a regular o reprimir las exportaciones indirectas de las empresas coreanas.
El colapso del ecosistema de autopartes nacional
El éxodo de los proveedores está provocando el colapso de la base industrial nacional. Las economías locales de ciudades automotrices como Ulsan, Changwon y Gunsan se tambalean.
Polígonos industriales convirtiéndose en ‘ciudades fantasma’
La tasa de operación del Complejo Industrial Nacional de Changwon ha caído al 60%. Las fábricas salen a la venta en masa, pero no hay compradores. Las pequeñas empresas de segundo nivel o inferiores están al borde de la quiebra en cadena. Los trabajadores pierden sus empleos y se ven empujados hacia el servicio de conductor sustituto o el sector de reparto.
Con el traslado de los proveedores a Vietnam, también se está filtrando la tecnología de fabricación clave. Una vez que la mano de obra local vietnamita adquiera la tecnología, pronto crecerán como competidores que amenazarán a las empresas coreanas. Al igual que hizo China, Vietnam también busca el efecto de ‘absorción tecnológica’.
Debilitamiento de la capacidad de I+D Si la base de producción se va al extranjero, la capacidad de Investigación y Desarrollo (I+D) inevitablemente se debilita, ya que se corta la retroalimentación con el campo. Si el ecosistema de componentes, que actúa como la columna vertebral de la industria automotriz coreana, se derrumba, la competitividad de los fabricantes de automóviles tampoco estará garantizada.
Las empresas que permanecen en Corea intentando producir honestamente sufren discriminación inversa, asumiendo altos costes y cargas arancelarias. El apoyo del gobierno es insignificante y la presión de las grandes empresas para reducir los precios unitarios continúa. Se escuchan voces cínicas que dicen: “Ser patriota te lleva a la ruina”.
Esta crisis se amplifica con la transición a los vehículos eléctricos (EV). Las empresas que fabrican piezas para motores de combustión ven disminuir su trabajo y enfrentan la doble dificultad de las barreras arancelarias. Lejos de tener capacidad de inversión para la transición al coche del futuro, su prioridad es la supervivencia inmediata.
¿Existe una tercera vía?: México vs. Entrada directa a EE. UU.
Si Vietnam se bloquea, ¿cuál es la alternativa? Se mencionan México y el territorio continental de EE. UU., pero ambos presentan riesgos.
Los beneficios y trampas del T-MEC (México)
Bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), los productos mexicanos pueden recibir beneficios de cero aranceles. Los proveedores se están congregando en la región de Monterrey, donde se encuentra la fábrica de Kia en México. Sin embargo, Trump ha amenazado con “imponer aranceles del 100% también a los coches mexicanos” y ha insinuado una renegociación del T-MEC. La incertidumbre en México también es alta.
La forma más segura es construir fábricas en Estados Unidos. Pero para las PYMES de autopartes, los costes laborales y de construcción prohibitivos, junto con los problemas sindicales en EE. UU., son barreras insuperables. Es un escenario imposible sin apoyo financiero de grandes empresas o una entrada conjunta.
- Retorno (Reshoring) a través de ‘Fábricas Inteligentes’: El gobierno intenta inducir el retorno de las empresas mediante el apoyo a fábricas inteligentes. La idea es aumentar la competitividad de la producción nacional reduciendo los costes laborales con la automatización robótica. Sin embargo, la inversión inicial es demasiado alta y tiene la limitación de no poder superar la barrera arancelaria en sí misma.
- Diversificación de exportaciones: Hay que mirar hacia mercados en crecimiento como India, Oriente Medio y el mercado interno de la ASEAN. Pero es difícil reemplazar el enorme mercado de EE. UU. a corto plazo.
Para lograr economías de escala, la fusión entre proveedores es inevitable. Las empresas sin competitividad deben ser liquidadas y las que tienen tecnología deben unirse para crecer y sobrevivir. Es urgente la creación de un fondo de reestructuración liderado por el gobierno.
El ascenso de China y la guerra de la cadena de suministro global
Mientras los proveedores coreanos titubean, las empresas chinas están ocupando ese vacío.
La ofensiva de precios bajos de las piezas chinas
Los fabricantes de componentes chinos están devorando el mercado global con una competitividad de precios abrumadora. Cada vez más empresas chinas construyen fábricas en México para lavar sus productos como ‘mexicanos’ y entrar en EE. UU. Las empresas coreanas están atrapadas como un sándwich, perdiendo tanto en precio como en tecnología.
Presión para desvincular la cadena de suministro de baterías de China Estados Unidos, a través de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), intenta excluir a China de la cadena de suministro de baterías. Esto es tanto una oportunidad como una crisis para las empresas coreanas, que cargan con la tarea de reducir su dependencia de los minerales chinos. El coste de la reconfiguración de la cadena de suministro recae enteramente en las empresas.
La industria automotriz japonesa, revitalizada por la popularidad de los coches híbridos, está ampliando su cuota de mercado basándose en una sólida cadena de suministro de componentes. Sumado al efecto del yen débil, amenazan a Corea incluso en competitividad de precios.
Europa está elevando las barreras no arancelarias a través de regulaciones ambientales como el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM). Los proveedores coreanos se ven obligados a asumir también los costes de certificación ecológica.
La era del libre comercio ha terminado. Ahora hay que sobrevivir dentro de bloques económicos cerrados. Falta una estrategia nacional sobre a qué bloque pertenecerá Corea y qué papel jugará dentro de él.
Riesgo político e incertidumbre empresarial
Los riesgos políticos externos a la gestión están atando de pies y manos a las empresas.
Montaña rusa según los resultados electorales de EE. UU.
Las políticas cambian de la noche a la mañana según los resultados de las elecciones en EE. UU. Las empresas no pueden realizar inversiones a largo plazo. La incertidumbre misma es el mayor coste.
La política coreana, inmersa en luchas partidistas, ignora las dificultades de las empresas. La desregulación o la reforma laboral quedan en segundo plano. Los empresarios se quejan de que “la política es un lastre para la economía”.
Riesgo sindical y luchas agresivas El riesgo de huelgas de sindicatos fuertes, como el de Hyundai Motor, persiste. Los proveedores deben repetir ciclos de operación y parada según las huelgas de los fabricantes de automóviles. Esta falta de estabilidad en la producción es una de las razones para querer abandonar Corea.
Muchas PYMES de autopartes enfrentan problemas de sucesión debido al envejecimiento de sus fundadores. Debido a la excesiva carga del impuesto de sucesiones, aumentan los casos de renuncia a la sucesión familiar, venta de la empresa o cierre.
El deterioro de las relaciones intercoreanas y la crisis en el estrecho de Taiwán son riesgos geopolíticos que también desalientan la inversión en Corea. Los inversores extranjeros retiran sus fondos diciendo que “Corea es peligrosa”.
La ecuación de supervivencia en la era del coche del futuro
Al final, la única salida es la innovación tecnológica. Se necesita una transición audaz de piezas de motores de combustión a componentes para vehículos del futuro.
Transición hacia el Vehículo Definido por Software (SDV)
El software se está volviendo más importante que el hardware en los automóviles. Los proveedores deben dejar de ser simples procesadores y adquirir capacidades de software. Deben diversificar su cartera hacia componentes electrónicos, sensores y módulos de conducción autónoma.
Hay que desarrollar tecnologías de alto valor añadido con altas barreras de entrada, como materiales ligeros y componentes de alta resistencia al calor. Se debe crear una brecha tecnológica (Super Gap) que China no pueda alcanzar.
- Expansión de canales globales: Reducir la dependencia de Hyundai y abrir canales con fabricantes globales como Tesla, BMW y Volkswagen. Si hay tecnología, las oportunidades están abiertas.
- Ecosistema de cooperación industria-universidad-investigación: Universidades, institutos y empresas deben cooperar para asegurar tecnologías originales. El gobierno debe concentrar su apoyo financiero en esta cooperación de I+D.
Es necesario cooperar con startups de pensamiento flexible para inyectar ADN de innovación. La cultura organizacional rígida existente no puede responder a un mercado que cambia rápidamente.
Atrapados en el medio, necesidad de fomentar la supervivencia independiente
Las PYMES de autopartes están en un callejón sin salida: “No tenemos dinero para construir fábricas en EE. UU., y si nos quedamos en Corea, nos golpean los aranceles”. El colapso del ecosistema de componentes coreano, que solo miraba a la gran empresa (Hyundai) y no cultivó su propia competitividad, avanza silenciosamente en la jungla de Vietnam.
El riesgo Trump es una constante
En la era Trump 2.0, el proteccionismo no es un fenómeno temporal, sino la ‘Nueva Normalidad’. Los trucos para evitar aranceles ya no funcionan. Se debe construir un foso (Moat) técnico que permita abrirse paso con estrategias frontales.
Diplomacia comercial del gobierno es crucial
Este es un problema que las empresas individuales no pueden resolver. El gobierno debe intervenir y negociar con EE. UU. para obtener cláusulas de excepción para las piezas coreanas o asegurar cuotas. Se necesita la sabiduría para traducir la retórica diplomática de “alianza de sangre” en beneficios económicos prácticos.
Crisis como oportunidad: El momento dorado para mejorar la constitución
Debemos aprovechar la crisis actual como una oportunidad para reorganizar la industria de componentes. Hay que dejar de ser una simple estructura de subcontratación y renacer como proveedores globales con marcas propias. Será un proceso doloroso, pero si no cambiamos ahora, no habrá futuro para la industria automotriz coreana.
2026, la lista de supervivientes
En 2026, ¿cuál será el destino de los contenedores que salgan del puerto de Ulsan? ¿Y qué contendrán: el orgullo del ‘Made in Korea’ o los rastros de una lucha desesperada y lágrimas por un lavado de nacionalidad para sobrevivir? El tiempo no está de nuestro lado.