La ‘Lista X’ que paralizó Nagata-cho
Diciembre de 2025, el distrito político de Japón, Nagata-cho, está sumido en el caos. Tres años después del asesinato del ex primer ministro Abe, el problema del Grupo Tongil (anteriormente conocido como Iglesia de la Unificación) que parecía haber disminuido, ha resurgido como un tsunami. Esta vez, la mecha ha sido un archivo de contabilidad secreta y una lista de políticos sobornados, revelados por un ex ejecutivo financiero de la organización.
Revelaciones explosivas: “El dinero fluyó hasta 2024”
El semanario japonés Shukan Bunshun informó en exclusiva el día 27 sobre la llamada ‘Lista del Grupo Tongil 2025’. Según el informe, la organización continuó proporcionando fondos políticos ilegales y movilizando votos organizados para legisladores clave del Partido Liberal Democrático (PLD) hasta las elecciones generales del año pasado, incluso después de la orden de disolución del gobierno.
La lista incluye a más de 30 legisladores en ejercicio, entre ellos dos ministros del actual gabinete y figuras clave de la facción de Abe. El denunciante afirmó: “La orden de disolución fue solo un espectáculo. Por debajo de la mesa, el vínculo entre la política y la religión se hizo más fuerte y secreto”.
Modus Operandi más sofisticado A diferencia del pasado, cuando compraban entradas para eventos de recaudación de fondos abiertamente, el lobby reciente se ha realizado de manera más astuta utilizando criptomonedas y corporaciones fantasmas en el extranjero. Los fiscales de Tokio han asegurado pruebas de que fondos de la organización fluyeron hacia cuentas de testaferros de los políticos a través de Singapur.
La crisis del gabinete y la ira pública
El índice de aprobación del gabinete ha caído al 18%, entrando en la “zona de peligro” (por debajo del 20%) que a menudo precede a la caída de un gobierno. La opinión pública japonesa está furiosa, sintiéndose traicionada por la promesa del gobierno de “cortar completamente los lazos”.
Protestas masivas frente a la residencia oficial
Frente a la Residencia Oficial del Primer Ministro en Tokio (Kantei), las manifestaciones de ciudadanos que exigen la dimisión del gabinete continúan día y noche. Los manifestantes gritan consignas como: “¿Es el PLD una sucursal del Grupo Tongil?” y “Revelen la verdad”.
La oposición ha presentado una moción de censura contra el gabinete y amenaza con paralizar todas las deliberaciones presupuestarias. El líder del Partido Democrático Constitucional declaró: “Este es un caso de colusión política-religiosa que socava los cimientos de la democracia japonesa. No puede haber compromiso”.
El Primer Ministro, acorralado, ha prometido una “investigación exhaustiva sin santuarios”, pero el escepticismo público es alto. Incluso dentro del PLD, las facciones más jóvenes exigen que los implicados abandonen el partido para evitar la aniquilación en las próximas elecciones.
Impacto en las relaciones Corea-Japón
Este escándalo no es solo un problema interno de Japón. Dado que la sede del Grupo Tongil está en Corea, las chispas están saltando hacia las relaciones diplomáticas entre ambos países.
¿Resurgimiento del sentimiento anti-coreano?
Los medios de derecha japoneses están enmarcando el asunto como “una secta coreana que corrompe la política japonesa”, incitando sutilmente el sentimiento anti-coreano. En las redes sociales, se difunden teorías de conspiración que afirman que “Corea está manipulando a Japón desde las sombras”.
El gobierno coreano está observando la situación con nerviosismo. Existe la preocupación de que este incidente pueda enfriar el ambiente de cooperación bilateral que se había restaurado con tanto esfuerzo. Un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea comentó: “Esperamos que este asunto se trate como un problema de corrupción individual y no se expanda a un conflicto diplomático”.
Sin embargo, si la fiscalía japonesa solicita la cooperación judicial de Corea para investigar los flujos de fondos transfronterizos, podría convertirse en un tema diplomático espinoso. Si Corea se muestra pasiva en la cooperación, podría interpretarse en Japón como “protección a la organización”, avivando aún más la controversia.
El futuro del Grupo Tongil y la respuesta legal
La orden de disolución emitida por el tribunal japonés el año pasado está actualmente en proceso de apelación ante el Tribunal Supremo. Estas nuevas revelaciones de actividades ilegales probablemente influirán decisivamente en el fallo final.
Hacia la confiscación de activos
Los grupos de víctimas y abogados están exigiendo la confiscación inmediata de los activos de la organización para evitar que sean ocultados en el extranjero. Argumentan que los fondos utilizados para el lobby político provienen originalmente de las donaciones forzadas de las víctimas japonesas.
La organización ha emitido un comunicado negando todas las acusaciones, calificándolas de “infundadas” y amenazando con acciones legales contra los medios. Sin embargo, ante las pruebas detalladas presentadas, su defensa parece débil.
¿El fin de una era? Los expertos predicen que este escándalo podría marcar el fin definitivo de la influencia política del Grupo Tongil en Japón, que ha durado medio siglo desde la Guerra Fría. La simbiosis entre el conservadurismo japonés y la organización religiosa anticomunista ha llegado a su límite.
Conclusión: Una sombra que no desaparece fácilmente
El año 2025 termina con una tormenta política en Japón. Lo que comenzó como un problema religioso se ha transformado en un escándalo de corrupción estructural que cuestiona la integridad de todo el sistema político japonés.
Para Corea, esto es un recordatorio de que los problemas históricos y sociales no resueltos pueden resurgir en cualquier momento como riesgos diplomáticos. La atención se centra ahora en si la fiscalía de Tokio tendrá el coraje de cortar el “nudo gordiano” que une la política y la religión, y cómo responderá el gobierno coreano ante las posibles repercusiones diplomáticas.
El invierno en Nagata-cho es más frío que nunca, y la primavera parece lejana.