Gran transformación 60 años después de 1967
En diciembre de 2025, se alcanzó un acuerdo histórico en la Asamblea General del Comité sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos (COPUOS) de la ONU celebrada en Ginebra, Suiza. Es la firma del ‘Acuerdo de Recursos Espaciales de Ginebra (GSRA: Geneva Space Resources Agreement)’. Esta es la ley espacial internacional más poderosa y concreta creada en unos 60 años desde el ‘Tratado del Espacio Ultraterrestre’ firmado en 1967.
El tratado espacial existente negaba la propiedad de cualquier país diciendo que “el espacio es patrimonio común de la humanidad”, pero causaba confusión al no tener regulaciones claras sobre si las empresas privadas podían poseer y vender los recursos extraídos. Este GSRA estableció el gran principio de que “no se reconoce la soberanía sobre el cuerpo celeste en sí, pero se reconoce la propiedad de los recursos extraídos a través de procedimientos legales”.
Con esto, ha desaparecido el mayor riesgo legal que bloqueaba el desarrollo de recursos espaciales. Elon Musk, CEO de SpaceX, quien asistió a la ceremonia de acuerdo, expresó su bienvenida a través de Twitter (X) diciendo: “El camino a Marte está pavimentado (The road to Mars is paved)”.
Polo Sur lunar, ¿por qué todos apuntan allí?
El detonante de la firma de este tratado es el Polo Sur de la Luna. Los resultados de la exploración de los últimos años han confirmado que hay enormes cantidades de hielo (agua) enterradas en los cráteres de las regiones de sombra permanente del Polo Sur lunar.
El agua va más allá de ser usada simplemente como agua potable; si se electroliza, se puede obtener hidrógeno y oxígeno. Es decir, significa que se puede adquirir combustible para cohetes localmente (ISRU) en la Luna. Dado que puede reducir el costo a decenas o cientos de veces menos que cargar combustible superando la gravedad de la Tierra, se convierte en la clave para hacer de la Luna una base de avanzada para la exploración del espacio profundo.
Además, el Helio-3, considerado una fuente de energía limpia del futuro, también está abundantemente enterrado en la superficie lunar. Una tonelada de Helio-3 tiene la eficiencia suficiente para producir electricidad para que toda la República de Corea la use durante un año. Con la firma del GSRA, la ‘guerra invisible’ para adelantarse a estos recursos ha salido a la superficie.
Artemis vs ILRS: El espacio se divide en bloques
La competencia por el desarrollo espacial ahora se está consolidando en una estructura de dos potencias: EE. UU. y China.
- Alianza Artemis (liderada por EE. UU.): Participan unos 30 países, incluidos EE. UU., Europa, Japón, Canadá y Corea. Enfatiza la cooperación con empresas privadas y tiene como objetivo el alunizaje tripulado (Artemis 3) para finales de 2026. La NASA está construyendo un ecosistema liderado por el sector privado al seleccionar la Starship de SpaceX como el módulo de alunizaje.
- Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS) (liderada por China): China y Rusia son el eje y están reuniendo a países del tercer mundo como Venezuela, Pakistán y Egipto. Basándose en la experiencia de operar su propia estación espacial ‘Tiangong’, China está procediendo con el plan de construir una base de investigación no tripulada en el Polo Sur lunar para 2028.
Incluso en el proceso de negociación de este GSRA, los dos bandos libraron una feroz batalla diplomática sobre la ‘prioridad de extracción’ y el establecimiento de ‘Zonas de Seguridad’. Finalmente, en lugar de una competencia infinita de “quien pone la bandera primero se lo queda”, se adoptó una solución de compromiso de registrar las zonas de actividad por adelantado y excluir la interferencia mutua.
Oportunidades y desafíos para la República de Corea
Corea está desarrollando sus propias capacidades de exploración desde la apertura de la Administración Aeroespacial de Corea (KASA) en 2024. El mapa de la superficie lunar de alta resolución enviado por el orbitador lunar ‘Danuri’, lanzado en 2022, jugó un papel decisivo en aumentar la voz de Corea en este acuerdo.
El gobierno planea adelantar el plan de lanzamiento del módulo de alunizaje para 2032 aprovechando este tratado y fomentar empresas de extracción de recursos espaciales lideradas por el sector privado. Se está abriendo un mercado enorme no solo para grandes empresas como Hanwha Aerospace y Korea Aerospace Industries (KAI), sino también para startups que poseen tecnología de robots espaciales y rovers de exploración.
La columnista científica Jung So-hyun enfatizó: “Si los semiconductores fueron el petróleo del siglo XX, los recursos espaciales son los datos y el petróleo del siglo XXI”, y agregó: “Si no salimos al espacio ahora, inevitablemente seguiremos siendo un país de segunda clase para siempre”.
Basura espacial y protección ambiental: Por un desarrollo sostenible
El GSRA también incluyó cláusulas sobre la ‘responsabilidad’ además del desarrollo. Las empresas deben recoger obligatoriamente la basura espacial generada en el proceso de extracción de recursos y tomar medidas de protección para no dañar gravemente el entorno lunar.
Además, se introdujo un mecanismo de ‘reparto de beneficios (Benefit Sharing)’ para crear un ‘fondo de desarrollo espacial’ con parte de los ingresos de los recursos extraídos y compartir los beneficios con los países en desarrollo que carecen de tecnología espacial. Este es el dispositivo de seguridad mínimo para evitar que el espacio se convierta en propiedad exclusiva de las grandes potencias.
Navegación hacia las estrellas
Ha pasado la época de imaginar conejos mirando la luna en el cielo nocturno. Ahora vivimos en una era en la que construimos bases en los valles de esa luna, bebemos su agua y soñamos con un espacio más lejano. El nuevo tratado espacial es el primer código legal que hace realidad ese sueño.
La historia de la humanidad siempre se ha expandido explorando mundos desconocidos. Si la Era de los Descubrimientos completó el mapa de la Tierra, la ‘Gran Era Espacial’ que comienza ahora será un gran viaje que ampliará el escenario de actividad de la humanidad a todo el sistema solar.
Este contenido fue escrito basándose en la noticia de la firma del Acuerdo de Recursos Espaciales de Ginebra el 21 de diciembre de 2025.